No es un anuncio publicitario, sólo un análisis sobre los problemas implantados por el gobierno.
Desde 2005 en el Edo. De Puebla creó el programa “Línea de la esperanza” que se encarga de atender llamadas de personas que pasan crisis sin importar la razón: depresión, problemas sentimentales o económicos, entre otros.
Hasta aquí todo indica que es viable, la duda surge a partir de los resultados que arroja. No es algo muy coherente que lo primero que piense una persona al entrar en crisis sea hablar por teléfono, a esto es necesario es agregar el hermetismo de muchas personas para hablar con personas desconocidas de problemas muy personales.
La falta de publicidad es un aspecto contrario también, este programa lleva 5 años y no se escuchan mensajes con el fin de persuadir a la población a utilizar el servicio; que agrava el problema anterior, si una persona no llama por hermetismo o desconfianza, la posibilidad disminuye en un porcentaje elevado si el programa de ayuda no es conocido, pues es obvio que no puedes pensar en acudir en algo que desconoces.
Para rematar esta idea está la falta de seguimiento a los casos registrados, pues si hoy llama una persona que se intentó suicidar, es muy probable que lo intente nuevamente, en caso de fallar y decida llamar nuevamente, quien atienda la llamada será un especialista sin historial, lo que disminuye la efectividad del servicio.
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